Dicen que el toque de un hombre puede cambiarlo todo, pero ¿y si ese toque es simplemente atarte el pelo?
Hay algo innegablemente íntimo en el acto. Un agarre suave, un giro cuidadoso y, de repente, mechones que antes bailaban salvajemente se controlan. Un novio que te ata el pelo no solo te ayuda con una tarea sencilla; te muestra cariño, atención y, quizás, una comprensión más profunda de cómo manejar las cosas con el equilibrio adecuado de firmeza y ternura.
Para algunas, es simplemente un gesto práctico: mantener tu cabello bajo control antes de conquistar el mundo. Para otras, es una señal sutil de algo más. Después de todo, un hombre que sabe cómo manejar tu pelo podría saber cómo manejar… otras cosas también.
Ya sea un acto casual o un símbolo de algo más profundo, una cosa es segura: si sabe cómo atarlo bien, podría ser un tesoro.