En un giro inesperado, aunque todos lo previeron, ABC ha decidido separarse del pilar de la comedia nocturna Jimmy Kimmel y cederle el control a nada menos que Tucker Carlson.Sí, el mismo Tucker Carlson que lleva años cultivando un tipo de comentarios divisivos que hacen que el chat familiar parezca una utopía de discurso educado.
Ahora, aparentemente, se está pasando al mundo de la televisión abierta con un contrato, según se informa, tan lucrativo que hace que los sueldos de Kimmel parezcan dinero para el almuerzo. Carlson, quien dejó su anterior trabajo en Fox News en medio de una lluvia de controversias (porque, claro), ahora se ha lanzado de lleno al mundo del entretenimiento nocturno. ABC ha prometido que el programa renombrado aportará una perspectiva nueva y audaz a la franja horaria, porque lo que Estados Unidos realmente necesitaba era menos humor y más diatribas políticas a las 23:35. La decisión de reemplazar a Jimmy Kimmel, un presentador conocido por su mezcla de ingenio agudo y momentos emotivos, con la mirada característica de Carlson y su indignación cuidadosamente calibrada ha dejado a los fans perplejos. Pero según fuentes internas, esta decisión se debe a los índices de audiencia.
Aparentemente, ABC cree que los espectadores prefieren irse a la cama hirviendo de tensión política que riéndose de chistes de papá y entrevistas con famosos.Los críticos se han apresurado a señalar lo absurdo de este cambio. Los programas nocturnos tradicionalmente buscan conectar al público con humor, no acorralarlo en trincheras ideológicas.
Pero bueno, quizá ABC esté apostando por un futuro donde la comedia quede relegada a un segundo plano frente a monólogos llenos de ira apenas disimulada y advertencias ominosas sobre el estado de la nación. ¡Una estrategia audaz, sin duda!
El propio Carlson parece entusiasmado con la oportunidad, y publicó una declaración que decía: «Siempre he creído que la televisión nocturna es la plataforma perfecta para debatir los verdaderos problemas que enfrenta nuestro país».
Traducción: Prepárense para sermones nocturnos que convierten un segmento sobre lattes de calabaza y especias en un comentario sobre el colapso social.