Ella fue una vez una estrella de cine cuya mirada intensa y su azul cielo

Érase una vez una actriz estadounidense excepcionalmente talentosa que cautivó a millones de personas con sus interpretaciones excepcionales y sus cautivadores ojos azules que evocaban a una princesa de hielo, dejando al público hechizado. Esta extraordinaria mujer, conocida como Foster, se embarcó en su trayectoria actoral durante sus años de formación en un internado, donde participó en producciones teatrales, perfeccionando su arte y venciendo el miedo escénico. Su debut cinematográfico se produjo rápidamente junto a Michael Douglas en la película “Adán a las 6 de la mañana”, llamando la atención en los círculos profesionales por su distintiva apariencia y mirada cautivadora.

A lo largo de su ilustre carrera, Foster se ganó el reconocimiento de la crítica por sus papeles, e incluso consiguió una nominación al premio cinematográfico canadiense “Genie” por su actuación en el drama “Ticket to Heaven”. Entre sus créditos más destacados se incluyen apariciones en “Master of the Universe”, “Strangers Among Us”, “Another Story” y “Blind Fury”. Más allá de la gran pantalla, Foster alcanzó el éxito en series de televisión como “Cagney y Lacey”, “Xena: La reina guerrera”, “Urgencias”, “Salto cuántico” y “Las asombrosas andanzas de Hércules”, entre otras.

A pesar de su popularidad, Foster solo se casó una vez con su colega Stephen McHattie, aunque la unión finalmente se disolvió. Hoy en día, reside sola en su extenso rancho, dedicado a la cría de caballos. Con el paso del tiempo, sus apariciones cinematográficas disminuyeron y el proceso natural de envejecimiento se hizo evidente, con profundas arrugas que adornaban su rostro. Sin embargo, no se arrepiente de su apariencia, y prefiere aceptar el proceso de envejecimiento sin recurrir a la cirugía plástica.

Con su distintiva apariencia y su imponente presencia, Foster continúa cautivando al público, demostrando que la edad no puede disminuir su perdurable atractivo. Sus actuaciones y su espíritu inquebrantable son testimonio de su extraordinario talento y atractivo atemporal. Los padres de una chica se oponen a que se case con un joven afable al que consideran pobre, así que su padre millonario finge estar en la ruina y les da una lección.

Cuando Sam Sutton descubrió la manera de fabricar un sellador irrompible para motores que todos deseaban, nunca imaginó que algún día afectaría la vida amorosa de su entonces bebé, Will. El descubrimiento de Sam trajo mejoras inmediatas a la vida familiar. Empezó a ganar mucho dinero con la patente de ese sellador. Sam, su esposa y su bebé se mudaron a una hermosa casa y compraron un auto nuevo. Con el paso de los años, Sam tenía más dinero del que jamás hubiera imaginado. Su pequeña familia vivía acomodada, y eso era todo lo que le importaba. Las sumas extraordinarias que su abogado no dejaba de reportar parecían irreales. Entonces algo terrible les sucedió a Sam y a su familia, y todos esos millones acumulados en el banco no cambiaron nada. La esposa de Sam, Rain, enfermó gravemente. Sam les decía a los médicos que el dinero no era problema, pero ellos simplemente negaban con la cabeza. Hay dos cosas en la vida que el dinero no puede comprar: el amor y la salud. Sam descubrió la primera de la forma más dolorosa cuando Rain falleció, y descubriría la segunda cuando Will creciera.

Ser padre soltero de un niño en crecimiento no era fácil, así que quizás Sam cometió algunos errores. Will era tan amable, cariñoso y generoso que Sam le daba todo lo que podía, y Sam podía permitirse cualquier cosa.Así que, en el instituto, los compañeros de Will se dieron cuenta rápidamente de que su padre era muy rico y generoso, y Will también. Pronto, Will se convirtió en el chico más popular, no por su amabilidad ni por su increíble atractivo, sino por el dinero de su padre. Las chicas, en particular, lo rodeaban como abejas alrededor de un tarro de miel. Al principio, a Will le gustó, pero poco a poco, se dio cuenta de que no lo querían. Querían el dinero de su padre y todos los lujos que este pudiera comprar. Will le dijo a Sam, entre lágrimas, que la chica de la que estaba enamorado no se preocupaba por él. Solo le importaba ir en su avión privado a los viajes de la familia Sutton a Aspen, Veil y las Bahamas.

Sam consoló a su hijo y lo animó a romper con esa chica. El resto del último año de instituto de Will fue bastante solitario, pero tenía un plan. “Papá”, dijo, “tengo un plan”. Sam sonrió. “¡De acuerdo! ¿Cuál es tu plan?”. “Voy a Yale en otoño, pero quiero que todos piensen que soy un estudiante becado”. Sam parpadeó asombrado. “¿Un estudiante becado? ¿Tú? ¿Pero por qué?”.”Bueno”, dijo Will, “si soy pobre y visto ropa descuidada, la gente no será mi amiga a menos que le guste de verdad. Las chicas no querrán salir conmigo por nuestro dinero”. “Es muy cierto, Will”, dijo Sam. “¡Me parece un plan brillante!” Y así lo pusieron en marcha. Will y Sam compraron toda su ropa y equipo de segunda mano, y Will era el estudiante más desaliñado y con peor aspecto que jamás hayas visto.

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